jueves, febrero 15, 2007

Fallecimiento del Maestro Fukuma

El pasado 23 de Enero falleció el Maestro Pedro Iwao Fukuma (8° DAN). Hijo de Keishiro Fukuma y Akie Umeno, Sensei Fukuma nació en el Barrio de la Boca el 18 de Octubre de 1922. Su segundo nombre "Iwao" significa "roca" en japonés. Casado con Elena Nishizaka (fallecida en 1985), tuvo dos hijas: Patricia y Noemí.

A finales de 1937, a los 15 años de edad, comenzó a estudiar y practicar Judo en el dojo del profesor Hitoshi Nishizaka. Permaneció allí por 8 años. En 1942 comenzó a asistir a las prácticas que se daban en la Asociación Japonesa. Entre sus técnicas favoritas se encuentran el "Yama-arashi" o "Tempestad en la montaña" y el "Tai-Otoshi".

Su período como profesor y maestro fue muy extenso. Comenzó a enseñar en 1954 en el Club River Plate, permaneciendo hasta 1990 en el cargo. Dentro de los judokas del Colegio Manuel Belgrano se encuentran algunos ex-alumnos del Sensei Fukuma.

Siguiendo con su labor educativa, en 1995 tuvo la suerte de mostrar sus dotes de especialista en defensa personal al comenzar a trabajar con los "cascos azules" (policía especial argentina destinada en conflictos internacionales"). Logró cambiar la mentalidad utilizada hasta ese momento de usar golpes de puño y patadas. En su lugar inculcó el uso de palancas y retenciones. En pocas palabras, reemplazó el concepto de agredir por el de reducir. Nuevamente debemos comentar la suerte que hemos tenido en el Colegio Manuel Belgrano de haber podido contar con el Sensei Fukuma en exhibiciones de defensa personal. Los que hemos estado presentes en esos acontecimientos estamos profundamente agradecidos.

Sensei, lo vamos a extrañar. De todas formas, sus enseñanazas y lo que ha dejado por esta vida seguirá permaneciendo intacto. Simplemente, gracias.

1 comentario:

guille dijo...

EL ADIOS A UN ROMANTICO DEL JUDO
Recibí con profunda tristeza la noticia de la muerte del Profesor Pedro Fukuma.
El fue mi primer sensei , sin saber en ese entonces quien era aquel japones delgadito, que ya era una leyenda viviente . Tenía una interpretación particular de las técnicas. Hablaba de buscar "el vacío" para provocar la caída de uke, nos hablaba de "sentir" más que "ver "los lances (de hecho a veces nos hacía luchar con los ojos vendados). Denostaba ver al judo exclusivamente como deporte competitivo y del uso de la fuerza a ultranza por sobre la técnica misma. Filosofaba con sus actos más que con sus palabras. Ya tenía una visión distinta de la defensa personal, adaptándola más al concepto realista de los tiempos que corren, y alejándola de la concepción tradicional pero ineficaz. Era polémico, innovador, apasionado. Descreía de las graduaciones y solía eternizarnos en kius bajos. Para él lo esencial estaba más allá del color de los cinturones.
Me generaba una profunda ternura ver a aquel "japonés con mate y termo" irrumpir en las clases inquieto, para dar una indicación distinta, ver el detalle exacto, opinar sobre algo que le venía súbitamente y quería exponerlo ya, sin dilaciones. Se brindaba por entero cuando enseñaba, no escatimaba conocimientos. La memoria corporal a veces me sorprende con algún movimiento repentino, un desplazamiento, un agarre que lleva su marca registrada.

Como suele ocurrir con frecuencia no alcanzamos a comprender plenamente en el hoy, aquello que mañana (a veces tarde) se nos aparece como una revelación. Nos pasa con nuestros maestros, mayores , padres.
Fukuma resumía a los tres.
Ante todo quisiera brindar como humilde homenaje el agradecimiento por el amor que me hizo y hace sentir por el Judo.
Adios Sensei y muchas gracias.

Guillermo Liberé
1er Dan
Colegio Manuel Belgrano