
Para lograr comprender la importancia de los ukemi en el Judo, decidimos traducir y transcribir un fragmento de un escrito de Jigoro Kano llamado “Sobre la importancia del Ukemi”:
“Hoy día ya no se ven técnicas tan claramente ejecutadas como solían verse. Casi todos adoptan una postura rígida y defensiva, mostrándose únicamente preocupados por la idea de ganar el combate sin la más mínima aspiración de lograr la superación personal.
El judoka que se propone objetivos altos para el futuro no debe preocuparse por las victorias o derrotas en el presente. El objetivo más importante en el entrenamiento del Judo es desarrollar velocidad y libre movimiento del cuerpo. Si uno entra en una competición con la única idea de no ser derrotado automáticamente el cuerpo se convierte en rígido y defensivo, lo cual es totalmente inconveniente para lograr una acción rápida y efectiva. En cambio, el judoka que se mentaliza en lograr velocidad y libre movimiento del cuerpo, sin preocuparse realmente en ser derribado, tarde o temprano desarrollará las cualidades deseadas, y será capaz de atacar o defender, según aparezcan las oportunidades.
Para convertirse en invencible el judoka no debe confiarse de su propia fuerza, ya que cuando se enfrente a alguien más fuerte seguramente será derrotado.

Como siempre he dicho, si uno odia ser arrojado nunca puede pretender convertirse en un maestro. Realizando arroje tras arroje, un judoka debe aprender a realizar caídas y a derrotar el miedo de ser arrojado. Entonces, así logrará no tener miedo de ser atacado y será capaz de tomar la iniciativa en el ataque. Sólo siguiendo esta forma de entrenar un judoka puede aprender el verdadero Judo. Competencia y práctica, los cuales son maneras de entrenar, deberían ser conducidos en el camino de desarrollar velocidad y libre movimiento del cuerpo.”
Sabemos que es difícil eliminar ese “falso orgullo” de no querer caer. De hecho a nadie le gusta caer. Suele decirse que para llegar a la meta siempre hay que dar el primer paso. Nuestra meta no es arrojar al judoka que tenemos en frente, sino perfeccionar nuestro Judo. Y el primer paso es aprender a caer. Como bien dijo Sensei Yamamoto, cuando Sensei Takata visitó nuestro Dojo del Manuel Belgrano, ante el asombro de todos los niños que nunca habían visto un maestro de semejante graduación: “¿Saben por qué tengo esto (en alusión a los cinturones rojo y blanco de 8° DAN que exponían)? Por que caí muchas más veces que Uds.”.
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